Cerrar los ojos y no ver absolutamente nada. Sentir la vibración de la música retumbando en las entrañas,
en el pecho,
en los oídos.
La mente se pierde y no sabes ni donde estas, mientras por las venas juegan al pilla-pilla nuestros pecados. Se activa la adrenalina, el sudor empapa nuestros cuerpos, pero parece no importar nada,
sólo divertirse.
La oscuridad mezclada con luces de colores inquietas de izquierda a derecha, de arriba a abajo, el efecto de la ebriedad en los ojos, el calor del movimiento;
todo esta en perfecta armonía, lo pasaremos bien.
Virginia F.
Mmmmmmmm!
ResponderEliminarJajajaja
;-)
Déjate llevar... Parece prometedor... Un dulce manjar que ojalá se te repita...
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