Créeme si te digo que me siento como un pájaro volando
cuando paseo a tu lado por el estrecho camino.
Y el aire limpio de las montañas
me regala soplos purificantes de oxigeno fresco.
Créeme si te cuento que soñé contigo antes de encontrarte,
y que esperé ansiosa que llegara el dia aquel.
Créeme porque no te miento, que adoro cada mañana fría
y encender la estufa a los pies.
Los halagos de la tarde,
la serenidad del pueblo y las noches cálidas piel con piel.
Créeme porque nunca tuve tantas ganas de ser la dueña de mi casa,
de reír y llorar o acostarme a las once,
de tender la ropa o contar monedas,
de ser feliz.
Créeme, todo lo que siento lo escribo en cinco estrofas,
pues no necesito mil versos libres para que, finalmente, me creas.
Wow, puedo sentir ése corazón palpitante de amor... Q dure!
ResponderEliminarUn besito guapa ;)
rezumas felicidad y equilibrio compañera!
ResponderEliminarme alegra sentirte así...
un beso...yo también estuve tiempo sin pasar.
Yo quiero ser un pájaro cuando pase al lado de alguien. Quiero.
ResponderEliminarmiau
en
bici
Es cierto que la felicidad a menudo se concentra en lo cotidiano, en lo simple... y que dos ojos enamorados pueden pintar panoramas fantásticos, tanto si rodeados de montañas como de rascacielos.
ResponderEliminarvengo a dejarte un beso, y a decirte que yo te creo...
ResponderEliminarEsta bien... te creo!
ResponderEliminarSí, estaba basado en mi experiencia con el coche y en otras aventuras...
ResponderEliminarYa he corregido el link a tu blog :)