26/1/09

Para quien le guste el chocolate y la lectura







"Y,entonces, Alejandro Alekhine se dio cuenta de que aquel fuego que el siempre habia visto en los ojos de su discipulo era amor.

Y, entonces, Alejandro Alekhine lo compredio todo y supo que perderia aquella partida.

No obstante, el gran maestro Alejandro Alekhine, que no podia hablar con el durante los recesos, se acerco a su discipulo ante la atenta mirada del juez y, abriendo su bolsa, saco de ella un pequeño objeto de forma cubica envuelto en papel con grasa y, tal como el mismo hacia en los recesos de sus grandes partidas, se lo dio a comer. Adrian Troadec reconocio en seguida que se trataba de un bonbon au chocolat, un confite de chocolate que solo se podia conseguir en Ginebra o Paris. Le quito la envoltura y, sin comprender nada pero confiado plenamente en su maestro, se lo comio.

Era el año 1927 y Adrian Troadec tenia 23 años. Fue entonces cuando por primera vez en su vida probo el sabor del chocolate."





12/1/09

Recuerdos de Montevideo










El sueño de Linda

Aún recuerdo a Linda, aquella niña que siempre sonreia tímida, dulce, frágil, callada...

Linda, ¿qué habrá sido de ella? ¿De quién se esconderá ahora?

Todavía tengo su mirada en la fotografía de 2º curso. Todavía recuerdo aquella tarde que la invité a casa a merendar.Se llamaba Linda, aunque no fuera la más bonita de la clase. Ella era Linda, sino por fuera por dentro.

Niña de gran corazón, a pesar de las burlas del resto. Fue el espejo en el que me veia cada dia,
mi mejor amiga, mi otro yo . Fue corto el tiempo que la tuve cerca, al año siguiente desapareció.

Linda, ¿qué habrá sido de ella? ¿De quién se esconderá ahora?


¿De quién te reirás tú hoy?
Me sentía desnuda ante semejante distancia,
el sol era testigo y el mar mojaba mis rodillas,
tan mediterráneo como siempre,
tan salado que escocía.

Florecía entonces una nostálgia propia de película,
descubriéndo atónita el error en que se hallaba,
aquel "genio" del tren que susurraba a un tal Bukowski:


- "El mar no es nada bonito."



V.F.

Cuéntame la fórmula

Nunca se me dieron demasiado bien las matemáticas, aunque reconozco que hay cosas que despiertan mi curiosidad. Así pues, por ejemplo, a pesar de haberlo estudiado, mi memoria falla (no utiliza código binario) y a menudo me pregunto cosas tan absurdas como quién fue el inventor del número pi, a qué se dedicaba,... ¿qué hay en la mente de un matemático? Sí, como leéis. ¿Cómo sería el que un día de repente se levantó de la cama y dijo: “he inventado algo, el número pi, y será 3’ 1416”? Quién se distraía haciendo fórmulas sobre un triángulo equilátero o inventando palabras como hipotenusa.

Al parecer, el señor Pitágoras, como buen griego, quiso extraer lo mejor del sustrato cultural de los egipcios, una civilización que hizo maravillas arquitectónicas sin haber usado una rueda jamás, y los babilónicos, que descubrieron estrellas sin haber podido usar un telescopio. Y hoy en día no sabemos vivir si no sabemos qué hora es...

Ahora que ya han pasado unas cuantas primaveras desde mis épocas acneicas, miro hacia atrás y hacia delante y me doy cuenta de que la vida es like an equation. Tras miles de años seguimos con muchas incógnitas sin resolver, sin regla de tres que valga, aunque eso sí, restar está de moda, hoy más que nunca.

La ironía aparece ante mí a las dos de la mañana en un ataque de insomnio en el que de nada me sirve contar ovejitas. Me preparo un vaso de leche y echo un vistazo a la programación. A estas horas, nada vale la pena... Pero me sorprendo, pensando en las dichosas matemáticas, cuando entre todas las probabilidades se da la casualidad que una señora predice el futuro usando la numerología. Coste del mensaje, 1,5 euros. ¡Qué tiempos!

Estamos condenados a aprender y a memorizar infinitos números. El teléfono almacena centenares de combinaciones y para colmo viene equipado con calculadora y conversor; la combinación matemática de notas musicales sirve para escribir canciones que bailamos y sin darnos cuenta nuestros pies se acompasan; nos aprendemos las direcciones por el número de los portales y el código postal; pagamos las facturas de la luz, el gas y el agua según el número que aparece en el recibo; comparamos la edad de un perro a la de una persona multiplicando por 7; y sabemos los resultados de las elecciones por las estadísticas que aparecen en los informes de los recuentos...

Rodeados de números hasta el último día, en el que también plasmarán en tu certificado de defunción la hora y el día en el que dejaste este matemático y calculador mundo. Y digo calculador porque nos pasamos el tiempo calculando las cosas, desde el dinero que necesitamos para comprarnos algo hasta los planes para un fin de semana en Barcelona, e incluso el número de caracteres que tiene este maldito texto: 488 palabras.

¡Y luego dirán que el saber no ocupa lugar!


1/1/09

Hola 2009

No me gusta hacer estas cosas, pero si no apenas tendre motivos por los que escribir. Ultimamente no tengo la mente muy inspirada en nada. Pero haremos el intento.

Noches como la de ayer me dasaniman bastante, aunque en las fotos pueda parecer lo contrario. Aun no le veo el sentido a la navidad.

El año pasado fue un año de muchos acontecimientos. Entre en el 2008 estando en Uruguay. Fue un fin de año diferente, caluroso, con asado y muchos fuegos artificiales. Al poco me case, con un uruguayo y en el mismo pais. Quien me lo iba a decir. Al poco tiempo estabamos viajando a España.

Hemos vivido muchisimas cosas buenas desde que llegamos, y tambien algunas malas. Voy a intentar ser optimista. Al igual que voy a intentar no enrrollarme demasiado, puesto que a nadie debe interesar todo esto, aunque una se queda agusto de escribir todo lo que le pasa por la cabeza.

Tambien fue un año de perdidas. Chucky se fue y nos dejo a todos con la espina clavada. A raiz de eso tuve que conseguir otro perro. Una bichon maltes que es un terremoto, pero que alegra esta casa cada dia.


No espero nada de este nuevo año, por no llevarme decepciones. Pero puestos a pedir quiero que tengamos suerte, posibilidades, salud, optimismo, tranquilidad y cachondeo.