Mis pies se elevan del cielo, no siento la gravedad de mi conciencia, no siento el peso de mis miedos, solo siento el dolor de mis piernas. Mis piernas que estan rodeadas de un cielo estrellado, de mas de cincuenta manchas rojas que decoran mis pantorrillas.
Algunas se unen entre si formando figuras irregulares, cual perro dalmata. Algunos son tan solo pequeños puntitos, como picaduras de mosquito. El dolor ha disminuido pero me siento tranquila y feliz. Te tengo a ti que me cuidas, con eso me basta para no dejar de sonreir.
No es nada grave, no morire, o eso creo. Eso me han dicho los doctores. Mi enfermedad tiene nombres y apellidos y ahora me pertenece, pero no por mucho tiempo.
Mucha mala vida, mala vida y buenas compañias. Me cuidare, me curare. Todo es cuestion de tiempo.