26/1/10

Gilipolleces

Me propuse escribir aun con este mal estar general. Un resfriado mal curado que va y viene, unas ganas tremendas de quedarme metida en la cama con este frio, tomar un timonet caliente o ver alguna película de Chaplin. Ese sería un buen plan para esta tarde lluviosa.

No sé cuantos paquetes de Kleenex habré usado, pero debo tener la piel de la nariz enrojecida de tanto frotar. Incluso empieza a dañarme la vista la luz del monitor.

En casa no se escucha la televisión de fondo, son la 13:02 y todavía no he comido. No tengo demasiada hambre tampoco. Solamente hago que estornudar y pensar. Estornudar y pensar. Tenía que haber ido al Ayuntamiento pero lo dejaré para mañana. Suena el teléfono, quién será ahora? Se que para mi no es, porque quién va a querer llamar a una enferma?

A veces me pregunto por que nos gusta tanto dramatizar. Habrá gente que diga que no, pero miente. A todos nos gusta dramatizar, sea en lo que sea, todos hemos dramatizado alguna vez. Hasta los futbolistas. Tíos que están forrados, que están en buena forma y por una patadita de nada se tiran al suelo a lloriquear, pero a los dos minutos se levantan como si nada y siguen jugando.

Me he tomado la fiebre y no tengo. Recuerdo cuando era niña y todavía iba al colegio, tener fiebre resultaba ser bueno porque así no ibas al colegio. Unas décimas y tu madre te decía, tienes fiebre, llamaré al colegio. Y te pasabas el día en casa, jugando o viendo la tele o durmiendo… Hoy con la edad que tenemos, si tienes unas décimas de fiebre te toca ir al curro igual, y si ahí empeoras entonces te mandan a casa. Pero aunque estés moqueando y estornudando sin parar, el trabajo es el trabajo!

La verdad es que si.

1 comentario:

  1. de esas gilipolleces a las que alguien llama "vida"... Y sin embargo con ritmo (¿Será la fiebre?)

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