17/9/11


Tú eres mi fuerza y mi paz.



La felicidad es amor, no otra cosa.
El que sabe amar es feliz.
Hermann Hesse


Puede sonar egoísta decirlo pero no dejes de quererme nunca. Ya acostumbré mi olfato a tus olores, mi vista a tus gestos y miradas, mi gusto a tu sabor. Mi rutina son tus costumbres y manías. Mis mañanas son tus besos de despedida, tu abrazo cálido entre sábanas. Así como las noches, ya más frías y tempranas, que no serían igual sin quedarme dormida en tus caricias.

Me siento afortunada cuando dejas cada día que destape lo que nadie pudo ver en ti. Y todo aquello que se hablara sin conocer de tus locuras o pasado no me importa, pues es obvio que no tienen concepto alguno de quién eres ciertamente.

En cambio, yo sé aquello que se oculta en la azotea de tu hogar, esa dulzura con la que me cuidas, la sensibilidad que habita en cada uno de tus recodos, esa amalgama de terneza y hombría que emanas. Seguramente nadie te veía así, nadie imaginaría que pudieras ser tan afable y cariñoso, pero el tiempo será una buena forma de demostrar que no precisamos nada más para estar satisfechos que a nosotros mismos.
Gracias por hacer que se cumplan nuestros anhelos, por protegerme de la amargura y el pesimismo, por engendrar en mí la semilla de la esperanza, de la que brotan tantos propósitos nuevos que de ningún modo veía factibles.

3 comentarios:

  1. Jolín, bienvenida de nuevo :))

    Amar y ser feliz...se puede uno sin otro?

    Besazos enormes

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  2. amor ES felicidad.
    El tiempo no lo astilla.
    Las relaciones basadas en el amor, sí las puede perjudicar el tiempo, si no se cultivan, con voluntad y perseverancia. y con amor.

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